jueves, 7 de enero de 2016

Una historia vieja que sigue vigente









«Dícese ¡oh Pirro! que los Romanos son guerreros e imperan a muchas naciones belicosas; por tanto, si Dios nos concediese sujetarlos, ¿qué fruto sacaríamos de esta victoria?» Y que Pirro le respondió: «Preguntas ¡oh Cineas! una cosa bien manifiesta, porque, vencidos los Romanos, ya no nos quedaba allí ciudad ninguna, ni bárbara ni griega, que pueda oponérsenos, sino que inmediatamente seremos dueños de toda Italia, cuya extensión, fuerza y poder menos pueden ocultársete a ti que a ningún otro.» Detúvose un poco Cineas y luego continuó: «Bien, y, tomada la Italia ¡oh rey!, ¿qué haremos?» Y Pirro, que todavía no echaba de ver adónde iba a parar, «Allí cerca —le dijo— nos alarga las manos la Sicilia, isla rica, muy poblada y fácil de tomar, porque todo en ella es sedición, anarquía de las ciudades e imprudencia de los demagogos desde que faltó Agátocles.» «Tiene bastante probabilidad lo que propones —contestó Cineas—; ¿pero será ya el término de nuestra expedición tomar la Sicilia?» «Dios nos dé vencer y triunfar —dijo Pirro—, que tendremos mucho adelantado para mayores empresas; porque ¿quién podría no pensar después en el África y en Cartago, que no ofrecería dificultad, pues que Agátocles, siendo un fugitivo de Siracusa y habiéndose dirigido a ella ocultamente con muy pocas naves, estuvo casi en nada el que la tomase? Y dueños de todo lo referido, ¿podría haber alguna duda en que nadie opondrá resistencia, de los enemigos que ahora nos insultan?» «Ninguna —replicó Cineas—; sino que es muy claro que con facilidad se recobrará la Macedonia y se dará la ley a Grecia con semejantes fuerzas; pero después que todo nos esté, sujeto, ¿qué haremos?» Entonces Pirro, echándose a reír, «Descansaremos largamente —le dijo—, y pasando, la vida en continuos festines y en mutuos coloquios, nos holgaremos». Después que Cineas trajo a Pirro a este punto de la conversación, «¿Pues quién nos estorba —le dijo—, si queremos, el que desde ahora gocemos de esos festines y coloquios, supuesto que tenemos sin afán esas mismas cosas a que habremos de llegar entre sangre y entre muchos y grandes trabajos y peligros, haciendo y padeciendo innumerables males?»


                    Plutarco, Vidas paralelas (año 100 aproximadamente)

No hay comentarios:

Publicar un comentario