Para comentar la próxima semana en clase.
El amateurismo puro nunca existió en el deporte desde su conversión a espectáculo. No postulo la reivindicación del amateurismo en el fútbol, puesto que sería utópico y ocioso hacerlo. El deporte siempre tuvo –en condición de espectáculo– un objetivo material en el ánimo de sus protagonistas. En forma de dinero, de trabajo, de distintos beneficios en su convivencia social, máxime cuando toda comunidad suele ser gustosa de tener ídolos y proteger a sus héroes. Esto ocurre desde hace siglos.
El hecho profesional en el deporte no escandaliza ni es en sí mismo un factor negativo. Incluso puede ser muy positivo y hasta muy educacional.
Pero si el fútbol profesional no rectifica el monto del dinero que pone en juego, puede darse por inevitable su cesantía universal como juego seductor de masas. No puede seducir lo que carece de alegría. El fútbol ha matado su alegría para dar paso a la afirmación de su “seriedad” e importancia comercial. No puede sonreír quien está angustiado; no puede hacer sonreír a otros quien no está en estado de ánimo de sonreír, puesto que lo absorbe la angustia…de lo serio que está jugando, valga la contradicción tan propia del fútbol en su actualizada manera de jugarse.
No es un problema el que muchos ganen “demasiado”.
Es un problema que haya demasiados que se están angustiando demasiado con lo demasiado que pueden perder de ganar en demasía.
¿Cómo reimplantar un “ánimo de juego” en el jugador?
Esencialmente, estableciendo la prioridad de reducir la circulación del dinero en el fútbol.
No postulo un profesionalismo pobre.
Tampoco un profesionalismo con jugadores mal pagados.
Solamente pagar bien para que se juegue al fútbol, que quiere decir pagar lo que el fútbol recauda y nada más.
Pero no pagar las exageraciones capaces de convertir al jugador de fútbol en angustiado comerciante de sus pies.
Fútbol, dinámica de lo impensado, Dante Panzeri, 1967 (Ed. Capitán Swing)
viernes, 29 de enero de 2016
jueves, 28 de enero de 2016
El caballero de la triste figura
La noticia que he comentado hoy sobre Cervantes y su aún, no solo no iniciado sino, ni siquiera programado cuarto centenario.
Y un enlace al libro que he comentado en la clase de Ciencias: Teoría King Kong de Virginie Despentes. Pero, vamos, lo podéis comprar, que es muy barato y se lee mejor. Empieza así:
Y una noticia que recoge otras campañas contra la discriminación sexual. Y otra. Y el vídeo que comenté de la acción contra una campaña publicitaria de unas ópticas.
Ya me contaréis.
Y un enlace al libro que he comentado en la clase de Ciencias: Teoría King Kong de Virginie Despentes. Pero, vamos, lo podéis comprar, que es muy barato y se lee mejor. Empieza así:
Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, las histéricas, las taradas, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica. Y empiezo por aquí para que las cosas queden claras: no me disculpo de nada, ni vengo a quejarme. No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser Virginie Despentes me parece un asunto más interesante que ningún otro.
Y una noticia que recoge otras campañas contra la discriminación sexual. Y otra. Y el vídeo que comenté de la acción contra una campaña publicitaria de unas ópticas.
Ya me contaréis.
miércoles, 27 de enero de 2016
Edward Bernays,
Aquí os pincho el enlace a la primera parte del documental sobre el sobrino de Freud y los orígenes de la publicidad. EL SIGLO DEL YO. Otro "texto" que tiene que ver con el yo, como la entrada del Comité Invisible y el artículo de Millás.
Salud
Salud
martes, 26 de enero de 2016
Ironía, sarcasmo y sátira
Tiro de Wikipedia, pero creo que con las definiciones que se dan ahí basta para extraer las diferencias entre estos tres conceptos bastante cercanos. Los artículos son más extensos pero he recortado las partes que nos interesan.
La ironía (del griego εἰρωνεία 'eirōneía': disimulo o ignorancia fingida) es una figura literaria mediante la que se da a entender algo muy distinto, o incluso lo contrario de lo que se dice o escribe. Ironía, procede del sustantivo griego εἰρωνείa eironeia = "disimulo, ignorancia fingida". En griego, este sustantivo es un deverbativo de εἰρωνεύομαι "hacerse el ignorante", que a su vez procede de εἴρων "eiron" = "disimulado, que disimula". En general el emisor (el creador del mensaje con contenido irónico) espera que el receptor perciba el valor irónico del mensaje sin necesidad de indicaciones explícitas porque cuenta con que éste detecte la oposición entre el mensaje aparente y el que se pretende transmitir por compartir implícitamente una serie de valores o conocimientos.
El sarcasmo es una burla mordaz con la que se pretende dar a entender lo contrario o manifestar desagrado. El término también se refiere a la figura retórica que consiste en emplear esta especie de ironía. El sarcasmo es una crítica indirecta, pero la mayoría de las veces expuesta de forma evidente. [...] El término 'sarcasmo' proviene del latín ‘sarcasmus’ y éste a su vez del término griego ‘σαρκασμός’ (‘sarkasmós’). Es una sustantivación del verbo ‘σαρκάζειν’ (‘sarkázein’, 'morder los labios'), derivado del sustantivo σάρξ (sarks, 'carne').2 El significado literal sería ‘morderse los labios’.
La sátira es un género literario que expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco. Se puede escribir en prosa , verso o alternando ambas formas (sátira menipea). [...] Estrictamente la sátira es un género literario, pero también es un recurso que encontramos en las artes gráficas y escénicas. En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos; ideados todos ellos para lograr una mejora de la sociedad. [...] Es muy común, casi definiendo su esencia, que la sátira esté fuertemente impregnada de ironía y sarcasmo; además la parodia, la burla, la exageración, las comparaciones, las yuxtaposiciones, la analogía y las dobleces son usados de manera frecuente en el discurso y la escritura satírica.
La ironía (del griego εἰρωνεία 'eirōneía': disimulo o ignorancia fingida) es una figura literaria mediante la que se da a entender algo muy distinto, o incluso lo contrario de lo que se dice o escribe. Ironía, procede del sustantivo griego εἰρωνείa eironeia = "disimulo, ignorancia fingida". En griego, este sustantivo es un deverbativo de εἰρωνεύομαι "hacerse el ignorante", que a su vez procede de εἴρων "eiron" = "disimulado, que disimula". En general el emisor (el creador del mensaje con contenido irónico) espera que el receptor perciba el valor irónico del mensaje sin necesidad de indicaciones explícitas porque cuenta con que éste detecte la oposición entre el mensaje aparente y el que se pretende transmitir por compartir implícitamente una serie de valores o conocimientos.
El sarcasmo es una burla mordaz con la que se pretende dar a entender lo contrario o manifestar desagrado. El término también se refiere a la figura retórica que consiste en emplear esta especie de ironía. El sarcasmo es una crítica indirecta, pero la mayoría de las veces expuesta de forma evidente. [...] El término 'sarcasmo' proviene del latín ‘sarcasmus’ y éste a su vez del término griego ‘σαρκασμός’ (‘sarkasmós’). Es una sustantivación del verbo ‘σαρκάζειν’ (‘sarkázein’, 'morder los labios'), derivado del sustantivo σάρξ (sarks, 'carne').2 El significado literal sería ‘morderse los labios’.
La sátira es un género literario que expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco. Se puede escribir en prosa , verso o alternando ambas formas (sátira menipea). [...] Estrictamente la sátira es un género literario, pero también es un recurso que encontramos en las artes gráficas y escénicas. En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos; ideados todos ellos para lograr una mejora de la sociedad. [...] Es muy común, casi definiendo su esencia, que la sátira esté fuertemente impregnada de ironía y sarcasmo; además la parodia, la burla, la exageración, las comparaciones, las yuxtaposiciones, la analogía y las dobleces son usados de manera frecuente en el discurso y la escritura satírica.
comité invisible
Relacionado con el artículo que estamos comentando de Juan José Millás:
Primer círculo “I AM WHAT I AM”. Fragmento de La insurrección que viene
Nota: La
insurrección que viene es un ensayo francés escrito por
El Comité Invisible, y publicado en el año 2007. Como los
mismos autores dicen: “Este
libro
está
firmado
por
un
colectivo
imaginario.
Sus
redactores
no
son
los
autores.
Se
han
contentado
con
poner
un
poco
de
orden
en
los
lugares
comunes
de
la
época,
en
lo
que
se
murmura
en
las
mesas
de
los
bares,
tras
las
puertas
cerradas
de
los
dormitorios.
No
hacen
sino
fijar
las
verdades
necesarias,
aquellas
por
las
que
el
rechazo
universal
llena
los
hospitales
psiquiátricos
y
las
miradas
pena.
”
“I AM WHAT I AM”
“I AM WHAT I AM”. Esta es la última oferta
del marketing al mundo, el último estadio de la evolución
publicitaria, adelante, tan por delante de todas las exhortaciones a
ser diferente, a ser uno‐mismo y a beber Pepsi. Decenas de
conceptos para llegar ahí, a la pura tautología. YO=YO. Él corre
sobre una cinta transportadora ante el espejo de su gimnasio. Ella
regresa del curro al volante de su Smart. ¿Van a reunirse?
“JE SUIS CE QUE JE SUIS”. Mi cuerpo me
pertenece. Yo soy mío, tú eres tuyo, y esto va mal.
Personalización de la masa. Individualización de todas las
condiciones ―de vida,
de trabajo, de desgracia. Esquizofrenia difusa. Depresión rampante.
Atomización en finas partículas paranoicas. Histerización del
contacto. Cuanto más quiero ser Yo, más tengo el sentimiento de
vacío. Cuanto más me exploto más me agoto. Cuanto más corro, más
fatigado estoy. Yo tengo, tú tienes, nosotros tenemos nuestro Yo
como una fastidiosa taquilla. Nos hemos convertido en representantes
de nosotros mismos ―este
extraño comercio, los garantes de una personalización que tiene
todo el aire, al final, de una amputación. Nosotros garantizamos
hasta la ruina con una torpeza más o menos disfrazada.
Mientras tanto, yo gestiono. La búsqueda de mi Yo, mi blog, mi apartamento, las últimas tonterías de la moda, las historias de pareja, de culos… ¡aquello que fabrica las prótesis necesarias para tener un Yo! Si “la sociedad” no se hubiera convertido en esta abstracción definitiva, designaría el conjunto de los apoyos existenciales que se me tienden para permitirme ir tirando todavía, el conjunto de las dependencias que he contratado al precio de mi identidad. El minusválido es el modelo de la ciudadanía que viene. No deja de ser premonitorio que las asociaciones que le explotan reivindiquen para él, el (papel de) “regresado a la existencia”.
Mientras tanto, yo gestiono. La búsqueda de mi Yo, mi blog, mi apartamento, las últimas tonterías de la moda, las historias de pareja, de culos… ¡aquello que fabrica las prótesis necesarias para tener un Yo! Si “la sociedad” no se hubiera convertido en esta abstracción definitiva, designaría el conjunto de los apoyos existenciales que se me tienden para permitirme ir tirando todavía, el conjunto de las dependencias que he contratado al precio de mi identidad. El minusválido es el modelo de la ciudadanía que viene. No deja de ser premonitorio que las asociaciones que le explotan reivindiquen para él, el (papel de) “regresado a la existencia”.
La conminación, por todas partes, a “ser
alguien” mantiene el estado patológico que hace necesaria esta
sociedad. La conminación a ser fuerte produce la debilidad por la
que se mantiene, hasta el punto de que todo parece tomar un
aspecto terapéutico, igual trabajar que amar. Todos los “¿qué
tal?” que se intercambian a lo largo de un día suenan a otras
tantas tomas de temperatura que, en una sociedad de pacientes, se
administran unos a otros. La sociabilidad actual está hecha de mil
pequeños nichos, de mil pequeños refugios donde se está caliente.
Donde siempre se está mejor que en el gran frío de afuera. Donde
todo es falso, pues no es más que un pretexto para calentarse. Donde
nada puede surgir porque estar ahí es estar sordamente ocupados en
tiritar todos juntos. Esta sociedad pronto no se soportará sino por
la tendencia de todos sus átomos sociales hacia una ilusoria
curación. Es una central que obtiene su potencial de una gigantesca
retención de lágrimas siempre a punto de derramarse.
“I AM WHAT I AM”. Nunca la dominación ha
encontrado una palabra de orden más insospechada. El mantenimiento
del Yo en un estado de semi‐ruina permanente, en un
medio‐desfallecimiento crónico es el secreto mejor guardado del
actual orden de las cosas. El Yo débil, deprimido, autocrítico,
virtual es esencialmente este sujeto indefinidamente adaptable que
precisa una producción basada en la innovación, la acelerada
obsolescencia de las tecnologías, el constante cambio de las normas
sociales, la flexibilidad generalizada. Es a la vez, el consumidor
más voraz y, paradójicamente, el Yo más productivo, el
que se arrojará con la mayor energía y avidez sobre el menor
proyecto, para regresar más tarde a su estado larvario
original.
“CE QUE JE SUIS”, ¿entonces? Atravesado desde
la infancia por los flujos de leche, de olores, de historias, de
sonidos, de afectos, de comptines (canciones infantiles), de
sustancias, de gestos, de ideas, de impresiones, de miradas, de
cantos y de comida. ¿Esto es lo que soy? Atado completamente a los
lugares, los sufrimientos, los ancestros, los amigos, los amores, los
acontecimientos, las lenguas, los recuerdos, a toda clase de cosas
que, evidentemente, no son yo. Todo lo que me ata al mundo,
todos los vínculos que me constituyen, todas las fuerzas que me
habitan no tejen una identidad, como la que se me incita a blandir,
sino una existencia, singular, común, viviente y en la que emerge en
algunas partes, en algunos momentos eso que llamo “yo”. Nuestro
sentimiento de inconsistencia no es sino el efecto de esta tonta
creencia en la permanencia del Yo, y del escaso cuidado que ponemos
en aquello que nos produce.
Da vértigo ver presidir así sobre un rascacielos
de Shangai el “I AM WHAT I AM” de Reebok. Occidente anticipa por
todas partes, como su caballo de Troya favorito, esta agotadora
antinomia entre Yo y el mundo, el individuo y el grupo, entre
adhesión y libertad. La libertad no es el gesto de deshacernos de
nuestros apegos, sino la capacidad práctica de operar sobre ellos,
moverse en ellos, establecerles o zanjarles. La familia no existe
como familia, es decir, como infierno, sino para el que ha renunciado
a falsificar los mecanismos debilitadores o no sabe como hacerlo. La
libertad de desgarrarse siempre ha sido el fantasma de la
libertad. No nos liberamos de aquello que nos traba sin perder al
mismo tiempo aquello sobre lo que nuestras fuerzas podrían actuar.
“I AM WHAT I AM”, pues, no una simple mentira,
una simple campaña de publicidad, sino una campaña militar, un
grito de guerra dirigido contra todo lo que hay entre los seres,
contra todo lo que circula indistintamente, todo lo que une
invisiblemente, todo lo que obstaculiza la perfecta desolación,
contra todo lo que hace que existamos y que el mundo no tenga por
todas partes el aspecto de una autopista, de un parque de atracciones
o de una nueva ciudad: puro aburrimiento, sin pasión y bien
ordenado, espacio vacío, helado, por donde no transitan más que los
cuerpos matriculados, las moléculas automóviles y las mercancías
ideales.
Francia no es la patria de los ansiolíticos, el
paraíso de los antidepresivos, la Meca de la neurosis sin ser
simultáneamente el campeón europeo de la productividad horaria. La
enfermedad, la fatiga, la depresión pueden ser tomadas como los
síntomas de lo que es necesario curar. Entonces trabajan para el
mantenimiento del orden existente, para mi dócil adaptación a las
normas débiles, para la modernización de mis apoyos. Ocultan,
dentro de mí, la selección de las inclinaciones oportunas,
conformes, productivas y aquellas en las que se necesite aceptar
tranquilamente la pérdida. “Es preciso saber cambiar, tú
sabes.” Pero, tomados como hechos, mis carencias también
pueden contribuir al desmantelamiento de la hipótesis del Yo. Se
convierten en actos de resistencia en la guerra que se libra. Se
vuelven rebelión y centro de energía contra todo lo que conspira
para normalizarnos, para amputarnos. El Yo no es quien está en
crisis en nosotros, sino la forma con que se busca imprimirlo en
nosotros. Se quiere hacer de nosotros unos Yo claramente delimitados,
separados, clasificables y censables por cualidades, en resumen:
controlables, cuando somos criaturas entre las criaturas,
singularidades entre nuestros semejantes, carne viva tejiendo la
carne del mundo. Contrariamente a lo que se nos repite desde la
infancia, la inteligencia, no consiste en saber adaptarse ―o
si esto es una inteligencia, es la de los esclavos. Nuestra
inadaptación, nuestra fatiga no son problemas más que
desde el punto de vista de quien nos quiere someter. Siempre señalan
un punto de partida, un punto de confluencia para complicidades
inéditas. Evidencian un paisaje de otro modo más deteriorado, pero
infinitamente más repartible que todas las fantasmagorías que esta
sociedad mantiene sobre sus cuentas.
No estamos deprimidos, estamos en huelga. Para
quien rechaza gestionarse, la “depresión” no es un estado, sino
un pasaje, un hasta luego, un paso al lado hacia una desafiliación
política. A partir de ahí, no queda otra conciliación más que la
médica y la policial. Para ello está bien que esta sociedad no tema
imponer el Ritaline a sus niños más despiertos, inicie a cualquiera
en las dependencias farmacéuticas y pretenda detectar desde los tres
años los “problemas de comportamiento”. Porque es la hipótesis
del Yo la que se agrieta por todas partes.
martes, 19 de enero de 2016
domingo, 17 de enero de 2016
Sufragistas / Suffragette
Os enlazo a un artículo de Rosa Montero sobre una película en cartel (no me gusta hacer publicidad pero quizá esta lo merece), que a mí también me ha gustado mucho.
Nota —prescindible— sobre el título (que, en español, es confuso): La palabra española sufragistas no recoge el matiz semántico que en inglés diferencia suffragists, aquellas mujeres (y hombres) que lucharon por el sufragio universal de manera pacífica, y las suffragette, las militantes que sobre todo en Gran Bretaña decidieron emprender acciones más radicales para conseguir sus objetivos. El movimiento de las suffragette era interclasista: su principal líder, Emmeline Pankhurst, era la esposa de un abogado acomodado, mientras que multitud de mujeres de clase obrera formaban sus bases. A la segunda acepción de sufragistas está dedicada esta cinta británica que pretende reivindicar un movimiento injustamente olvidado en el cine comercial.
Nota —prescindible— sobre el título (que, en español, es confuso): La palabra española sufragistas no recoge el matiz semántico que en inglés diferencia suffragists, aquellas mujeres (y hombres) que lucharon por el sufragio universal de manera pacífica, y las suffragette, las militantes que sobre todo en Gran Bretaña decidieron emprender acciones más radicales para conseguir sus objetivos. El movimiento de las suffragette era interclasista: su principal líder, Emmeline Pankhurst, era la esposa de un abogado acomodado, mientras que multitud de mujeres de clase obrera formaban sus bases. A la segunda acepción de sufragistas está dedicada esta cinta británica que pretende reivindicar un movimiento injustamente olvidado en el cine comercial.
viernes, 15 de enero de 2016
TEXTO B (comentario de texto)
Yo
soy el que soy
Si
hemos entendido bien el anuncio lanzado estos días por Coca-Cola a toda página,
resulta que Coca-Cola no es Coca-Cola, de ahí que carezca de responsabilidades
en los despidos que Coca-Cola pretendía llevar a cabo en algunas de sus plantas
embotelladoras. Jamás se nos pasó por la cabeza, la verdad, que Coca-Cola no
fuera Coca-Cola. Nunca el capitalismo indefinido se había expresado con esta
claridad. Pero tal es el quid de la cuestión. Las grandes marcas, sin dejar de
ser ellas, podrán no serlo en el futuro cuando las circunstancias así lo
requieran. Es como si yo, que soy Juan José Millás,
dejara de serlo cuando me pillaran atracando una mercería. Tras la acusación
policial, lanzaría un comunicado de siete u ocho puntos explicando a la opinión
pública que Juan José Millás no
es Juan José Millás.
Pidan ustedes responsabilidades por el atraco a la planta embotelladora de Juan
José Millás.
Ahora bien, mucho me temo que esta nueva modalidad de existencia consistente en ser y no ser al mismo tiempo quedará reservada para las grandes fortunas. Las clases medias no dispondremos de medios para el alquiler de avatares que nos hagan el trabajo sucio. Si usted necesita romper con su cónyuge tendrá que hacerlo sin intermediarios. No le será posible ser sustituido por una planta embotelladora contratada para estos fines. No podrá solicitar el divorcio asegurando que usted, Francisco López García, por poner un ejemplo, no es Francisco López García en el momento de la ruptura. “Yo soy el que soy”, le dijo Dios a Moisés. Esta frase posee una carga semántica de tal naturaleza que ha recorrido los siglos siendo objeto de multitud de interpretaciones. Nadie había sido capaz de superarla. Nadie, excepto Coca-Cola, que al decir “Yo soy la que no soy”, ha colocado el listón en un lugar imposible de superar incluso para Dios.
Ahora bien, mucho me temo que esta nueva modalidad de existencia consistente en ser y no ser al mismo tiempo quedará reservada para las grandes fortunas. Las clases medias no dispondremos de medios para el alquiler de avatares que nos hagan el trabajo sucio. Si usted necesita romper con su cónyuge tendrá que hacerlo sin intermediarios. No le será posible ser sustituido por una planta embotelladora contratada para estos fines. No podrá solicitar el divorcio asegurando que usted, Francisco López García, por poner un ejemplo, no es Francisco López García en el momento de la ruptura. “Yo soy el que soy”, le dijo Dios a Moisés. Esta frase posee una carga semántica de tal naturaleza que ha recorrido los siglos siendo objeto de multitud de interpretaciones. Nadie había sido capaz de superarla. Nadie, excepto Coca-Cola, que al decir “Yo soy la que no soy”, ha colocado el listón en un lugar imposible de superar incluso para Dios.
Juan José Millás (El País, 21 de febrero de 2014)
jueves, 7 de enero de 2016
Una historia vieja que sigue vigente
«Dícese
¡oh Pirro! que los Romanos son guerreros e imperan a muchas naciones
belicosas; por tanto, si Dios nos concediese sujetarlos, ¿qué
fruto sacaríamos de esta victoria?» Y que Pirro le respondió:
«Preguntas ¡oh Cineas! una cosa bien manifiesta, porque, vencidos
los Romanos, ya no nos quedaba allí ciudad ninguna, ni bárbara ni
griega, que pueda oponérsenos, sino que inmediatamente seremos
dueños de toda Italia, cuya extensión, fuerza y poder menos
pueden ocultársete a ti que a ningún otro.» Detúvose un poco
Cineas y luego continuó: «Bien, y, tomada la Italia ¡oh rey!,
¿qué haremos?» Y Pirro, que todavía no echaba de ver adónde
iba a parar, «Allí cerca —le dijo— nos alarga las manos la
Sicilia, isla rica, muy poblada y fácil de tomar, porque todo en
ella es sedición, anarquía de las ciudades e imprudencia de los
demagogos desde que faltó Agátocles.» «Tiene bastante
probabilidad lo que propones —contestó Cineas—; ¿pero será
ya el término de nuestra expedición tomar la Sicilia?» «Dios
nos dé vencer y triunfar —dijo Pirro—, que tendremos mucho
adelantado para mayores empresas; porque ¿quién podría no pensar
después en el África y en Cartago, que no ofrecería dificultad,
pues que Agátocles, siendo un fugitivo de Siracusa y habiéndose
dirigido a ella ocultamente con muy pocas naves, estuvo casi en nada
el que la tomase? Y dueños de todo lo referido, ¿podría haber
alguna duda en que nadie opondrá resistencia, de los enemigos que
ahora nos insultan?» «Ninguna —replicó Cineas—; sino que es
muy claro que con facilidad se recobrará la Macedonia y se dará
la ley a Grecia con semejantes fuerzas; pero después que todo nos
esté, sujeto, ¿qué haremos?» Entonces Pirro, echándose a
reír, «Descansaremos largamente —le dijo—, y pasando, la vida
en continuos festines y en mutuos coloquios, nos holgaremos».
Después que Cineas trajo a Pirro a este punto de la conversación,
«¿Pues quién nos estorba —le dijo—, si queremos, el que desde
ahora gocemos de esos festines y coloquios, supuesto que tenemos sin
afán esas mismas cosas a que habremos de llegar entre sangre y
entre muchos y grandes trabajos y peligros, haciendo y padeciendo
innumerables males?»
Plutarco, Vidas paralelas (año 100 aproximadamente)
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