Luces de bohemia fue publicada por primera vez en 1920 en la revista España, y posteriormente en 1924 el autor introdujo tres escenas más y la editó en forma de libro. Valle-Inclán recoge técnicas y materiales modernistas y los combina para dar una visión muy crítica y desesperanzada de la España de entonces.
En cuanto a los personajes, algunos están inspirados en personas reales: por ejemplo, el protagonista Max está inspirado en Alejandro Sawa, un poeta que, al igual que su alter ego, muere ciego y pobre. Hay que destacar la aparición de Rubén Darío y del Marqués de Bradomín en el entierro de Max. Al primero se le llama "admirable" y, en mi opinión, el autor intenta crear un contraste entre un personaje real y modernista --el primero-- y otro tradicional y ficticio --el marqués--. Valle-Inclán extrae frases de otras obras clásicas, como por ejemplo en la escena II: "Mal Polonia recibe a un extranjero" de La vida es sueño de Calderón. O el diálogo que mantienen Rubén Darío, el Marqués y el sepulturero se asemeja al de Hamlet y el enterrador en la obra de Shakespeare. También el autor alude a hechos históricos, sobre todo referidos a la política y a lugares reales de Madrid, como el callejón del Gato, donde los espejos cóncavos deforman la realidad; es un reflejo real de lo que Valle quiere hacer con su obra.
Los personajes principales son Max Estrella y Don Latino de Hispalis, que a mi parecer se asemejan al ciego y a Lázaro de Tormes. Max, conocido como Mala Estrella, es un poeta ciego, pobre y lunático, que refleja la figura del bohemio. Don Latino es el lazarillo de Max: es un personaje cínico y desleal, o al menos así se nos muestra en la estafa de la librería o cuando abandona a Max moribundo y se lleva su cartera. Por otro lado, el autor nos muestra la personalidad contradictoria incluso en el protagonista cuando, aun considerando al ministro un canalla, acepta su dinero y ayuda. En mi opinión, es una forma de incrementar aún más la intención deformadora del ser humano. En Luces de bohemia aparecen un gran número de personajes (más de 50) que recuerdan a los de los sainetes madrileños. Valle los presenta animalizados y extravagantes, excepto a la madre del niño muerto y al preso anarquista, a quienes los trata con respeto.
La acción (la obra teatral se divide en quince escenas) transcurre en veinticuatro horas y sigue un orden circular: Max y Don Latino salen de la casa del ciego, recorren un tramo de Madrid, y regresan al portal donde Max muere; es como una bajada a los infiernos dantesca. El tema de la muerte está presente en la obra desde la escena I, con la invitación de Max al suicidio colectivo, y quizá anticipa el final trágico de Max y su familia. Se debe tener en cuenta el momento histórico que se vivía durante la época en que se escribe la obra, donde se sucedían numerosas revueltas sociales, manifestaciones y huelgas, además de la corrupción de los altos cargos y el periodismo comprado. Hay que destacar, sin duda, la escena del velatorio, ya que es donde más se refleja la técnica del esperpento y el humor negro, por la manera en que Soulinake se cerciora de la muerte de Max (la cerilla y el espejo; como si el milagro o la catalepsia todavía pudieran resucitar al mártir de la bohemia).
Por último, las acotaciones llaman la atención por su cuidado estético, su estilo cinematográfico y por romper la unidad de tiempo de la obra, ya que a pesar de transcurrir en un día, evocan diferentes estaciones. Luces de bohemia se caracteriza por el empleo de numerosos registros lingüísticos (madrileñismos como "apoquinar" o "camelar", gitanismos como "lila" o "parné", etc.).
En mi opinión, el autor pretende marcar la distancia entre la sociedad y los bohemios; incomprendidos en esa época y de ahí que utilice la técnica del esperpento. El destino de los bohemios es trágico, están destinados al fracaso y a pesar de luchar por la libertad no consiguen más que el desastre (en este caso la muerte), incluso el título de la obra es algo irónico: "luces de bohemia". Los bohemios luchan por la libertad y la luz y solo consiguen sombras y fracaso.
Los personajes principales son Max Estrella y Don Latino de Hispalis, que a mi parecer se asemejan al ciego y a Lázaro de Tormes. Max, conocido como Mala Estrella, es un poeta ciego, pobre y lunático, que refleja la figura del bohemio. Don Latino es el lazarillo de Max: es un personaje cínico y desleal, o al menos así se nos muestra en la estafa de la librería o cuando abandona a Max moribundo y se lleva su cartera. Por otro lado, el autor nos muestra la personalidad contradictoria incluso en el protagonista cuando, aun considerando al ministro un canalla, acepta su dinero y ayuda. En mi opinión, es una forma de incrementar aún más la intención deformadora del ser humano. En Luces de bohemia aparecen un gran número de personajes (más de 50) que recuerdan a los de los sainetes madrileños. Valle los presenta animalizados y extravagantes, excepto a la madre del niño muerto y al preso anarquista, a quienes los trata con respeto.
La acción (la obra teatral se divide en quince escenas) transcurre en veinticuatro horas y sigue un orden circular: Max y Don Latino salen de la casa del ciego, recorren un tramo de Madrid, y regresan al portal donde Max muere; es como una bajada a los infiernos dantesca. El tema de la muerte está presente en la obra desde la escena I, con la invitación de Max al suicidio colectivo, y quizá anticipa el final trágico de Max y su familia. Se debe tener en cuenta el momento histórico que se vivía durante la época en que se escribe la obra, donde se sucedían numerosas revueltas sociales, manifestaciones y huelgas, además de la corrupción de los altos cargos y el periodismo comprado. Hay que destacar, sin duda, la escena del velatorio, ya que es donde más se refleja la técnica del esperpento y el humor negro, por la manera en que Soulinake se cerciora de la muerte de Max (la cerilla y el espejo; como si el milagro o la catalepsia todavía pudieran resucitar al mártir de la bohemia).
Por último, las acotaciones llaman la atención por su cuidado estético, su estilo cinematográfico y por romper la unidad de tiempo de la obra, ya que a pesar de transcurrir en un día, evocan diferentes estaciones. Luces de bohemia se caracteriza por el empleo de numerosos registros lingüísticos (madrileñismos como "apoquinar" o "camelar", gitanismos como "lila" o "parné", etc.).
En mi opinión, el autor pretende marcar la distancia entre la sociedad y los bohemios; incomprendidos en esa época y de ahí que utilice la técnica del esperpento. El destino de los bohemios es trágico, están destinados al fracaso y a pesar de luchar por la libertad no consiguen más que el desastre (en este caso la muerte), incluso el título de la obra es algo irónico: "luces de bohemia". Los bohemios luchan por la libertad y la luz y solo consiguen sombras y fracaso.
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