jueves, 31 de octubre de 2013

PIRATAS


Mienten sobre los piratas de Somalia
Ernesto Carmona. Argenpress

La prensa internacional está mintiendo sobre los llamados “piratas somalíes”. Ésta es una de las 67 noticias nominadas para la selección anual de 25 noticias no difundidas por los grandes medios del Proyecto Censurado 2009/2010. La verdadera naturaleza de lo que está ocurriendo en el Cuerno de África comienza a conocerse cuando un juez de Nueva York decidió enjuiciar a un menor de edad capturado el 12 de abril por EEUU en la costa de Somalia.
Con su artículo «Le están mintiendo sobre los piratas», la periodista británica Johann Hari* arrojó bastante luz —en el Huffington Post del 4 de enero de 2009— sobre la verdadera naturaleza de este conflicto, provocado por los barcos occidentales que ilegalmente descargan basura nuclear y capturan los productos del mar del empobrecido país africano con casi 4 000 km de costas.
Del artículo de Hari se desprende que los verdaderos piratas son más bien las corporaciones de grandes potencias que encontraron ganancias fáciles en las aguas desprotegidas del país africano. En rigor, los patriotas somalíes defienden sus alimentos de origen marino de la depredación de estadounidenses y europeos que los acusan de “piratas”.
Los somalíes observan impotentes cómo sus mares se convierten en un gran vertedero nuclear que acumula miles de toneladas de residuos radiactivos abandonados por grandes cargueros. Somalia es un país que hace casi dos décadas carece de guardacostas, desde que las guerras civiles (inducidas por las grandes potencias) hicieron colapsar su sistema de gobierno. La injerencia de los países desarrollados promovió guerras civiles en gran parte de África en búsqueda de minerales lucrativos, fingiendo exportar “la democracia” o un “afán civilizador”.
La guerra contra los “piratas” del subdesarrollo y la miseria está convirtiéndose en aparente sustituto de la “guerra al terrorismo”, doctrina ya agotada para los propósitos del complejo industrial militar. Los mal vestidos y peor armados “piratas” se han convertido en un nuevo objetivo militar que saca de su aburrimiento a la Real Marina Inglesa y a las ociosas fuerzas navales de una veintena de naciones poderosas, desde Estados Unidos a China, empeñadas ahora en combatir a un puñado de hambrientos que viven en un atraso similar al de Haití.
En Somalia, la lucha diaria por una ración de comida le da sentido a la palabra “mañana”. No se ven patas de palo ni loros para llevarlos sobre el hombro. La etapa siguiente de esta guerra hollywoodense podría ser un desembarco masivo para perseguir a los piratas en tierra, en un remake de Iraq y Afganistán, pero sin héroes como Errol Flint. Esta vez no se trata del petróleo sino de otro tipo de riquezas.
¿Villanos o héroes?
Los piratas de antaño fueron estigmatizados por el poder, pero gozaron de popularidad entre los pobres. Citando al historiador Marcus Rediker, Hari asegura que los piratas primero trabajaron como marineros en “infiernos flotantes de madera” donde laboraban encogidos y recibían castigos corporales, siendo frecuentemente engañados en sus salarios después de meses y años de trabajo. Pero estos “villanos de todas las naciones” estuvieron entre los primeros en rebelarse contra este mundo; se amotinaron contra capitanes tiránicos y crearon una manera diferente de “trabajar” en los mares, escribió Hari. «Una vez que se hacían de una nave, los piratas elegían a sus capitanes y 
tomaban todas sus decisiones colectivamente», o sea, anduvieron cerca de la “democracia participativa”. Para Rediker pusieron en práctica «uno de los planes más igualitarios para encontrar recursos dondequiera en el siglo XVIII» e, incluso admitieron esclavos africanos escapados y vivieron con ellos como iguales. Los piratas mostraron claramente que eran subversivos capaces de hacer funcionar las naves de manera distinta a la forma opresiva y brutal del servicio mercantil y de la real marina de guerra. Quizás, por esta razón fueron populares, a pesar de ser bastante poco productivos como ladrones.
La piratería de hoy en Somalia es una actividad desesperada de supervivencia mediante cobro de peaje e impuestos a los depredadores. «El gobierno de este país del Cuerno de África colapsó en 1991. Desde entonces sus nueve millones de habitantes han estado sumergidos en el hambre y muchas de las fuerzas más feas del mundo occidental han visto esto como una gran oportunidad para robar las fuentes de aprovisionamientos de alimentos del país y descargar nuestra basura nuclear en sus mares», explicó Hari.
Tan pronto como se fue el gobierno, en la costa de Somalia comenzaron a aparecer misteriosos barcos europeos descargando enormes barriles en el océano. La población costera comenzó a enfermar. Primero sufrieron erupciones extrañas, náuseas y aparecieron bebés malformados. Y después, el tsunami de 2005 hizo flotar cientos de barriles que las olas lavaron en las playas. La gente comenzó a sufrir enfermedades producidas por la radiación y murieron más de 300 personas.
Ahmedou Ould-Abdallah, el enviado de ONU a Somalia, le dijo a Johann Ari: «Alguien está descargando aquí material nuclear. También hay metales pesados, tales como cadmio y mercurio». Mucho de este material se puede rastrear en hospitales y fábricas europeas, donde se lo entregan a la mafia italiana para hacerlo desaparecer a bajo precio. Cuando Hari le preguntó a Ould-Abdallah qué hacían los gobiernos europeos sobre esto, lee respondió con un suspiro: «Nada. No hubo limpieza, ninguna compensación ni prevención».
Depredación ictiológica
Al mismo tiempo, otras naves europeas han estado saqueando la biodiversidad de sus mares, su alimentación. «Ya hemos destruido nuestros propios peces con la sobrexplotación y ahora hemos ido a capturar los suyos», dijo la periodista. El valor de cada atún supera los 300 dólares. Los barcos rastreadores que pescan ilegalmente en los mares desprotegidos de Somalia han robado cientos de millones de dólares anuales de atún, camarón, langosta y otras formas de vida marina. Los pescadores locales perdieron repentinamente el sustento y ahora padecen hambre. Mohammed Hussein, pescador de la ciudad de Marka, le dijo a Reuters: «Si no se hace nada, pronto no nos habrán dejado ningún pescado en nuestras aguas de costa».
Hari explicó que en este contexto aparecieron los hombres a quienes se ha estado llamando “piratas”. Todos están de acuerdo en que antes fueron pescadores somalíes ordinarios, que ahora consiguieron lanchas rápidas para intentar disuadir a los descargadores de basura y a los barcos rastreadores o, por lo menos, aplicarles algún impuesto. Se llaman a sí mismos “Guardacostas Voluntarios de Somalia” y es duro ver por qué. Uno de los líderes pirata, Sugule Ali, dijo que su motivo era «detener la pesca ilegal y la descarga en nuestras aguas. No nos consideramos bandidos del mar. Consideramos [que son] bandidos del mar a quienes pescan ilegalmente y descargan en nuestros mares, descargan basura en nuestras aguas y portan armas en nuestros mares».
Escribió Joann Hari: «¡No!, esto no es hacer tomas de rehenes justificables, y sí algunos son apenas gángsteres, especialmente quienes soportaron la ayuda del Programa Mundial de Alimentos. Pero los “piratas” reciben el apoyo aplastante de la población local por una razón. El sitio somalí independiente de noticias WardherNews condujo la mejor investigación disponible sobre qué están pensando los somalíes comunes y corrientes y encontró que el 70% apoyó fuertemente la piratería como forma de defensa nacional de las aguas territoriales del país». Durante la guerra revolucionaria en EEUU, George Washington y los padres fundadores pagaron a los piratas para proteger las aguas territoriales de América, porque no tenían ninguna marina de guerra o guardacostas propios. La mayoría de los americanos los apoyaron. ¿Es esto tan diferente?»
»¿Esperan que los somalíes que mueren de hambre se instalen pasivamente en sus playas, revolcándose en nuestra basura nuclear y observen cómo les arrebatan sus pescados para comérselos en restaurantes de Londres, París y Roma?», preguntó Hari. «No hemos actuado en esos crímenes pero cuando algunos de los pescadores respondieron interrumpiendo el tránsito del 20% del suministro de petróleo del mundo, comenzamos a chillar acerca del “mal”. Si queremos realmente ocuparnos de la piratería, necesitamos parar su causa original —nuestros crímenes— antes que enviar las cañoneras para desarraigar a los criminales de Somalia».
Según Hari, la historia de la guerra de la piratería en 2009 fue mejor resumida por otro pirata, que vivió y murió en el siglo IV a.c. Lo capturaron y conducido ante Alejandro el Grande, éste exigió saber «¿qué pretende conservando la posesión del mar?» El pirata sonrió, y respondió: «Significa que ustedes están agarrando la tierra entera, pero por lo que hago con una nave pequeña, me llaman un ladrón, mientras a quien lo hace con una gran flota le llaman emperador». Hoy de nuevo nuestras grandes flotas imperiales están en Somalia, pero, ¿quién es el ladrón?
El caso del “niño pirata”
Democracy Now! informó de que el único superviviente del secuestro del capitán de un carguero estadounidense ocurrido este mes fue un somalí menor de edad, quien el 21 de abril fue acusado en un tribunal de Nueva York. El adolescente, llamado El Abduhl Wal-i-Musi, se habría rendido antes de que los francotiradores de la marina de EEUU mataran a sus tres acompañantes en una acción militar nunca aclarada. Musi, que será juzgado como si fuera un adulto, estalló en sollozos durante su comparecencia ante el juez. La abogada defensora Deirdre Von Dornum describió a Musi como «joven y aterrorizado».
Deirdre Von Dornum dijo: «Es posible que al Juez Peck le haya parecido que es mayor de edad, pero como pueden ver es extremadamente joven, está herido y aterrorizado. Nos satisface tener la protección de la Constitución de Estados Unidos, y que el gobierno haya optado por hacerlo comparecer en una audiencia pública y no en una prisión secreta o sujeto a cualquier otra forma de procedimiento no público».
Los guardacostas informales somalíes anunciaron venganza después d que en dos rescates de rehenes las fuerzas extranjeras dieron muerte al menos a cinco de sus compañeros. El último operativo, llevado a cabo el domingo 12 de abril, por fuerzas de Estados Unidos, logró liberar al capitán estadounidense Richard Phillips, dando muerte a tres acompañantes de Musi.
Los últimos acontecimientos han despertado temores de un aumento de la violencia en las rutas marítimas frente a la costa del Cuerno de África, donde valientes “piratas” desafían cada día a las patrullas de las fuerzas navales extranjeras. «Los franceses y los estadounidenses se arrepentirán de haber comenzado esta matanza. Nosotros no matamos, sino que sólo tomamos rescates. Haremos algo a cualquiera que veamos como francés o estadounidense desde ahora», manifestó Hussein, un pirata de la zona. «No podemos saber cómo murieron nuestros amigos en el bote salvavidas, pero esto no nos impedirá volver a secuestrar», relató.
Las pandillas de piratas generalmente tratan bien a sus secuestrados, a fin de concluir mejor las negociaciones para el pago de rescates. Los episodios más violentos han provenido de grupos ocasionales. «Nos vengaremos», insistió otro pirata de Aden, en el pueblo Eyl, un refugio para los piratas en la costa este de Somalia.
Algunos expertos temen ahora la reacción después de estas actuaciones. «Los piratas sabrán desde ahora que cualquier cosa puede pasar. Los franceses están haciendo esto y los estadounidenses también. Las cosas serán más violentas de ahora en adelante», argumentó Andrew Mwangura del East African Seafarers Assistance Program, con sede en Kenia. Después de una caída en la actividad a principios de este año, los piratas han contraatacado. Actualmente mantienen capturadas a más de una decena de navíos con aproximadamente 260 rehenes, entre ellos unos 100 filipinos.
Johann Hari dijo que algunos lectores parecen sorprenderse porque la descarga de tóxicos y el robo de pescados estarían sucediendo en el mismo lugar, preguntándose «¿Esto no contamina los pescados?» La periodista explicó que la costa de Somalia es extensa, se estira hasta los 3 300 km. «Imagínense cómo sería de fácil —sin ningún guardacostas o ejército— robar pescados en la Florida y descargar la basura nuclear en California, y se harán una idea», dijo. «Estos acontecimientos están sucediendo en diversos lugares, pero con el mismo efecto horrible: muerte para los nativos, y aparición de piratería. No hay contradicción».








Notas:
(*) Johann Hari, periodista británica del diario The Independent ha realizado coberturas en Iraq, Israel/ Palestina, Congo, República Centroafricana, Vene-zuela, Perú y EEUU y su periodismo ha aparecido en publicaciones por todo el mundo. Fue la persona más joven nominada para el premio Orwell de escritura política, en 2003 ganó el Premio al Periodista Joven de la Gaceta de Prensa y en 2007 Amnistía Internacional la nombró Periodista de Periódico del Año. Ha colaborado como editor de la revista Attitude y publicó su primer libro, God Save the Queen, en 2003.

Porque siento compasión por los oprimidos, no puedo sentirla por los opresores

miércoles, 23 de octubre de 2013

Otro artículo relacionado con la realidad y la publicidad

Con marcas globales, nos integran en macrociudad única
De público a publicitario
El autor reflexiona sobre la creciente fusión entre lo público y lo publicitario comercial: se trata, en último término, de vaciar lo intrínseco de nuestras ciudades.
Antonio Caro 22/10/13

Primer acto: unos taimados comerciantes abarrotan las calles de los burgos medievales con una serie de pregones y de enseñas que proclaman ante los paseantes las mercancías que venden.
Segundo acto: la invención de la imprenta, allá por los estertores de la modernidad, añade a esa algarabía una proliferación de carteles de todo tipo que emborronan los muros de las ciudades en una continua sustitución de unas ofertas comerciales por otras.
Tercer acto: a finales del siglo XIX, el dominio de la electricidad, en cuanto elemento desencadenante de la segunda revolución industrial, hace que enseñas comerciales y anuncios publicitarios se doten de una luminosidad que pasa a ser uno de los componentes básicos de las diversas “ciudades-luz” que van surgiendo por todo el orbe.
Cuarto acto: más o menos por la misma época, las obras de diferentes artistas prestigiosos al servicio de la publicidad comercial añaden a los mensajes mercantiles un componente artístico que contribuye decisivamente a legitimar entre la sociedad de aquel tiempo el creciente componente publicitario de lo público.
Quinto acto: a partir de finales de la segunda guerra mundial, la invención del shopping center y su imparable expansión urbi et orbe logra el prodigio de desplazar paulatinamente a los viejos centros ciudadanos; acontecimiento este que supone, tal vez, el momento culminante a partir del cual lo publicitario –entendido como mecanismo al servicio del comercio y, en último término, de la mercantilización social– se impone definitivamente sobre lo público.
Y sexto y (por ahora) último acto: tras el éxito anterior, el fenómeno de la mercantilización va saturando poco a poco el tejido urbano, hasta el extremo de inmiscuirse en las señas identificadoras más rancias de la ciudad; y así, asistimos hoy –por limitarnos a Madrid– al rebautizo de una vieja estación de metro como Vodafone Sol, a las sucesivas redenominaciones de un vetusto teatro primero como Häagen-Dasz Calderón y hoy como Caser Cal­derón y, tal vez mañana, al cambio de nombre del campo de fútbol del Real Madrid por el de Estadio Santiago Bernabéu Coca-Cola u otra marca global de similar calibre.
¿Qué podemos concluir de esta sucesión? En primer lugar que, como habrá podido advertir la lectora o el lector, la mercantilización de nuestras ciudades, y la consiguiente tendencia a la fusión entre lo público y lo publicitario, viene de lejos. Y si alguien se queja de ese aire mercantil que inunda las ciudades que habitamos, el experto de turno siempre podrá contestarle que las ciudades ya estaban allá por el siglo XVII ahítas de publicidad comercial, en forma de las citadas enseñas, carteles y otros procedimientos.
Pero la segunda conclusión es de más amplio calado. Si las manifestaciones iniciales de lo publicitario comercial en la existencia cotidiana de nuestras ciudades se referían a lo próximo –las enseñas que anunciaban el comercio donde se vendía el pan caliente o las tabernas donde se escanciaba el vino recién vendimiado–, dicha referencia se ha ido distanciando cada vez más al ritmo mismo de esa mercantilización. Y así, el viejo teatro de revistas antes citado ha ostentado durante años el nombre de una marca estadounidense de helados antes de lucir el de una compañía de seguros. Y así, la estación de metro con más solera de Madrid se redenomina con una de las marcas líderes de la telefonía global. Todo ello, en el marco de una existencia crecientemente mercantilizada donde los comercios de toda la vida son sustituidos por ‘súpers’, ‘hípers’ y centros comerciales, y donde los cines de barrio cerraron hace décadas para ceder su lugar a los centros multicine extrarradio donde las películas en 3D se proyectan acompañadas por las inseparables palomitas.
Es de este modo como la creciente fusión entre lo público y lo publicitario comercial proyecta su verdadero sentido: se trata, en último término, de vaciar lo intrínseco de nuestras ciudades, lo que las hacía singulares, para terminar por constituirse en ejemplares seriados de una única macrourbe global donde los “no lugares” de que habla el antropólogo Marc Augé se han convertido paradójicamente en los corazones postizos de unas ciudades que cada vez resultan más indistinguibles unas de otras.
Pero no se trata de un ejercicio de nostalgia. La sustitución de lo nuestro por lo ajeno, de lo próximo por lo global, tiene un sentido muy concreto: el objetivo último radica en que el dominio de nuestra existencia cotidiana y la satisfacción de nuestras necesidades más inmediatas pase a manos de unas instancias lejanas, inalcanzables, que, bajo la forma de marcas globales, nos integran en esa macrociudad única.
Lo que sucede es que si lo que es en definitiva una expropiación tiene lugar al precio de la asfixiante fusión entre lo público y lo publicitario comercial que hoy vivimos, no cabe duda de que la sociedad ya está generando ahora mismo sus anticuerpos. Y si alguien lo duda, que se lo pregunten a quienes ocuparon las principales plazas españolas hace cosa de dos años y pico.

Columna de Almudena Grandes

Alegría

Quienes se han negado a aceptar lo supuestamente inevitable empiezan a obtener victorias que son el triunfo de todos.


Los millonarios que invierten en Bolsa son los únicos españoles con motivos para estar plenamente satisfechos. Lo sé, y sé que los grandes problemas que nos amargan la vida desde hace años siguen siendo igual de grandes, igual de problemáticos y amargos, pero hoy tengo ganas de celebrar. Porque la voluntad suprema de esta crisis consiste en sembrar desesperanza, indiferencia, pesimismo, y quienes se han negado a acatarla empiezan a obtener sus propias victorias, que son el triunfo de todos.
Un pleno de 50 jueces decidirá el destino de los seis hospitales que el Gobierno de Ignacio González lleva demasiado tiempo intentando privatizar por decreto sin haberlo logrado todavía. La mala noticia es que el tema sigue en los tribunales, pero esa es, a la vez, la buena noticia. Aunque no me fío de los jueces, me fío de los médicos, de la admirable tenacidad de su lucha, del ejercicio de conciencia de quienes resisten en Madrid y atienden a inmigrantes sin papeles en toda España. Otro tribunal, en este caso europeo y de Derechos Humanos, ha suspendido el desalojo de 43 personas en un edificio ocupado en Salt. La PAH, tan admirable como los médicos objetores y aún más criminalizada por el Gobierno, ha triunfado sobre el banco malo, apelativo que describe con ejemplar contundencia su condición. Que la sentencia provenga de Estrasburgo, pese a que nuestra Constitución reconoce la vivienda como un derecho fundamental, es tan vergonzoso en sí mismo como alentador en la medida en que crea un precedente. Ahora ya sabemos a quién recurrir.
Habrá quien diga que son victorias pequeñas, testimoniales, casi pírricas, pero se equivocará. Ténganlo ustedes en cuenta el próximo jueves, apoyen la huelga general de educación contra la ley Wert, y fabriquen un nuevo motivo para la alegría en la ilimitada desolación a la que pretenden abocarnos.

sábado, 12 de octubre de 2013

Entrevista a Julio Cortázar

En este enlace podéis ver una magnífica entrevista a uno de los escritores más originales del siglo XX: el argentino Julio Cortázar, al que veremos en el tema de la literatura hispanoamericana. Espero que os guste.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Artículo de Rafael Reig

La cultura que nos merecemos

Es que para resolver adecuadamente un problema de matemáticas, primero hay que entender el enunciado del problema. Si estos informes son ciertos, tenemos un problema muy serio en los fundamentos de la educación (leer, escribir, sumar, restar, multiplicar, dividir...). A lo mejor hay que replantearse esta obsesión de que cualquier tipo de adquisición de conocimiento tenga que pasar por lo audiovisual necesariamente.
08/10/2013 - 20:03h
 
La noticia de que en el estudio que mide las competencias básicas de los adultos España suspende estrepitosamente es triste: no sabemos ni leer ni escribir, así que, como bien dice usted, cómo vamos a aprender nada. La reacción de los comentaristas ha sido inmediata y previsible: ¡la culpa es del PP! Y es verdad, también es del PP, pero ¿cuántos años ha gobernado el PSOE? ¿No recuerdan ustedes a Rubalcaba menospreciando a los estudiantes en huelga, con más chulería incluso que Wert? Pues aquellos polvos también trajeron estos lodos.
Por mi parte, estoy de acuerdo con usted en que algo de culpa también tiene la llamada “cultura audiovisual”, es decir, una cultura medieval, en la que sólo el cura sabía leer y los demás miraban los santos, las pinturas y las estatuas para intentar entender algo. A lo mejor lo que hay que replantearse es que adquirir cultura no tiene por qué ser fácil. Pero me parece que por debajo de todo eso hay dos ideas ensambladas una a otra y que son las que de verdad nos impiden progresar. O nos quitan las ganas de hacerlo.
Primero, la idea de que la cultura debe ser obtenida sin esfuerzo. Segundo, y como consecuencia lógica, que es gratis.
La primera idea ha provocado el relativismo cultural que, en mi opinión, ha convertido el conocimiento en una chirigota. ¿Por qué va a ser más importante La Ilíada que La guerra de las galaxias? Pues porque sí. Otra cosa es que entender a Homero lleve mucho trabajo, mientras que una peli se ve en un periquete. El relativismo es complaciente, facilón y un simulacro, porque creo que, en el silencioso fondo de nuestros corazones, todos sabemos que no vale lo mismo ocho que ochenta. Adquirir una cultura es lentísimo, laborioso, exige esfuerzo y disciplina, así que ¿por qué no buscar algo entretenido y fácil, y pretender que también es una cultura?
Casi al lado de esta noticia, aparece la que afirma que los españoles son los segundos de la zona euro con más casas en propiedad. En propiedad del banco, debe querer decir, pero el sentido es el mismo: lo único que se posee son los bienes inmuebles, porque la cultura carece de valor. Una vivienda, una plaza de garaje, un cortijo son propiedades de las que algunas familias viven desde la Edad Media, cuando por primera vez se apoderaron (a menudo por la fuerza) de su terrenito. De los beneficios de escribir el Quijote, en cambio, poco obtuvo su autor y nada que se pudiera transmitir más allá de cien años después de su muerte. Los españoles han entendido muy bien el país en el que viven: compra pisos, melón, que como escribas el Quijote o una sinfonía o una ecuación, no llegarás jamás a fin de mes y dejarás a tus nietos en la calle. Ya no se lee a los clásicos, porque es más agradable ver la tercera temporada de cualquier serie y mantener que esa es “la gran narrativa de nuestros días”, pero los clásicos afirmaban que sólo se posee lo que no se puede perder en un naufragio. Es decir, la cultura, lo que uno ha aprendido; no el piso hipotecado.
Nos sacan los colores los estudios que nos califican de ignorantes, pero se nos pasa pronto la vergüenza: lo que nos interesa es comprar el piso. Queremos cultura, cómo no, pero sólo si es gratis y no nos cuesta ningún esfuerzo conseguirla. Si puede ser, en peli mejor que en libro, que se tarda menos y es más fácil.
A ese precio, con esas condiciones, tenemos la mejor cultura que podíamos haber obtenido. ¿De qué nos quejamos? Hasta demasiada, me parece.

Una noticia económica

Los millonarios en España crecen un 13% hasta superar los 400.000 en plena crisis

Un informe de Credit Suisse sitúa al país como el octavo que registra un mayor aumento

La buena evolución de los mercados y la Bolsa y el cambio frente al dólar explican el alza



La sucursal de Credit Suisse en Biel Bienne, Suiza. / EFE

El número de millonarios en España aumentó un 13% entre mediados de 2012 y la primera mitad de 2013, hasta las 402.000 personas, según el último informe sobre la riqueza mundial que publica anualmente el banco suizo Credit Suisse. El aumento ha tenido lugar mientras la economía española atraviesa su recesión más larga en medio siglo, el paro aumentaba a máximos históricos y las Administraciones Públicas llevaban a cabo duros recortes sin parangón en democracia.

La entidad suiza, especializada precisamente en la gestión de grandes patrimonios, atribuye el aumento de millonarios a la buena evolución que ha registrado la Bolsa y demás mercados financieros a medida que se ha ido dejando atrás lo peor de la crisis del euro, donde los ricos tienen invertido su dinero. También, añade el documento, en el tipo de cambio entre la divisa europea y el dólar, lo que ha permitido a España —así como a otros países de la zona euro— recuperar la gran caída que sufrieron el pasado año. Con ello, además, se ha enjuagado la caída de los precios de la vivienda.
En concreto, el número de españoles con un patrimonio superior al millón de dólares (740.000 millones de euros al cambio actual) aumentó en 47.000 en el periodo analizado por el informe. Con ello, España se convierte en el octavo país entre los desarrollados que registra un incremento mayor. La clasificación la lidera Estados Unidos por delante de Francia y Alemania. Sin embargo, no en todos los países crece el colectivo de ricos, ya que baja en Japón, Brasil, Rusia o Egipto, entre otros.

 

Liderato de Estados Unidos


Estados Unidos también es el país con más millonarios y multimillonarios ya que en la primera potencia mundial viven la friolera de 13,2 millones de personas con un amplio patrimonio. En esta clasificación, España ocupa el décimo puesto de entre los desarrollados.
En todo el mundo, Credit Suisse estima que existen 32 millones de personas ricas. Bajando la pirámide, hay otras 361 millones de personas cuyo patrimonio oscila entre los 100.000 y el millón de dólares mientras en el escalón inmediatamente inferior, que gestionan unas rentas de entre 10.000 a 100.000 dólares, hay 1.066 millones de personas. En cualquier caso, el 69% de la población total de la población mundial, unos 3.200 millones, ingresa menos de 10.000 dólares al año.
El aumento de los multimillonarios en España es un factor determinante para explicar que la riqueza neta de los hogares españoles haya aumentado un 9,2% en el periodo analizado por el informe, hasta los 93.178 euros. Aunque este avance supera al registrado en Europa, que fue del 7,7%, el país sigue por debajo de la media, que está en 154.900 euros. La de eurozona se sitúa en 148,542 euros de media por adulto. Por otra parte, el nivel de deuda en la composición de la riqueza de los hogares españoles, que de hecho es la diferencia entre los ahorros y los préstamos que tienen concedidos, se mantiene estable en comparación con los datos del año pasado.

viernes, 4 de octubre de 2013

Ejemplos de progresión temática en pequeños textos


Tema constante:

A) La energía es la capacidad que tiene los cuerpos o sistemas materiales de transferir calor o de realizar un trabajo, de modo que, a medida que un cuerpo o un sistema material transfiere calor o realiza un trabajo, su energía disminuye.

B) El pan es un alimento básico de la nutrición humana. Para hacerlo se hornea una masa elaborada la mayoría de las veces con harina, sal y agua y, a veces, otros ingredientes extra como frutos secos…

C) Se llama mamífero al animal que mama, es decir, a aquel cuyas crías son alimentadas por la leche materna. Su nombre procede del latín mamma (teta) y fero. Los mamíferos son vertebrados, poseen una temperatura constante y su embrión se desarrolla dentro del seno materno, por lo que son vivíparos.

Tema enlazado:

A) El break dance es un deporte físicamente muy duro que aúna agilidad y ritmo y que requiere de mucho entrenamiento.

B) El pan, alimento básico en la dieta humana, utiliza la harina como ingrediente fundamental. La harina es el polvo resultante de la molienda de las semillas de diversos cereales. El cereal más habitual para hacer harina de cara a elaborar el pan es el trigo. El trigo es un tipo de gramíneas con espigas terminales compuestas de cuatro o más carreras de granos.

C) Los mamíferos son una clase de animales que incluye diversas familias como la de los cánidos o los félidos. Dentro de esta familia zoológica se incluyen animales tan variopintos como el león y el gato, pero que comparten unas características (digitígrados, carnívoros, rápidos y de uñas retráctiles, etc.). El gato o felino es un félido doméstico y de tamaño pequeño que muchas personas adoptan como mascota. En función de sus gustos, cada persona escoge la raza de gato que le guste más (siamés, de Angola, etc.).

Tema derivado:

A) Hay dos tipos de fuentes de energía aprovechables: las renovables, que proceden de productos inagotables, y las no renovables, que proceden de productos agotables que con el paso del tiempo pueden irse acabando.

B) Hay muchas clases de panes según su ingrediente básico, por ejemplo:
- Pan de trigo, que es el más comprado por la gente.
- Pan de soja, caracterizado por no tener gluten.
- Pan de mijo, habitual en los países asiáticos, tiene forma aplanada.

C) Dentro de la clase de los mamíferos, los hay aéreos (murciélago) y marinos (ballena, delfín); pero la mayoría son terrestres (cánidos, félidos…).

D) Los animales se clasifican según lo que comen en:
- Carnívoros, los que comen carne.
- Herbívoros, los que se alimentan de plantas y vegetales.
- Omnívoros, los que comen de todo, tanto carne como vegetales.

E) Hay tres tipos de break dance:
1- Top rock, que consiste en un baile de arriba (de pie).
2- Footwork, que consiste en un baile en el suelo, como el seis pasos.
3- Powermoves, que consiste en hacer acrobacias.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Esta entrada vale por dos

En el siguiente enlace hay dos cosas: una bastante divertida (al menos a mí me lo ha parecido), a saber: una agencia de publicidad ha hecho un vídeo en homenaje a los 300 años de existencia de la Real Academia Española [de la Lengua], más conocida por sus siglas RAE. Y la segunda es una de las primeras reacciones que ha provocado dicho vídeo: un grupo feminista lo ha criticado por ser sexista. Aquí tenéis la noticia, donde se cuenta todo y donde hay un enlace a Youtube para ver el "anuncio":
http://www.eldiario.es/sociedad/Asociaciones-mujeres-retirada-sexista-RAE_0_181281963.html
Hasta mañana.

Un artículo sobre la huelga de profesores en Baleares: posicionaos a favor o en contra

Huelga en Baleares: hay que protestar, incluso cuando no sirve de nada

La participación de los docentes baleares en la huelga indefinida se mantiene a pesar de los altos costes individuales en los que incurren. Según Carles A. Foguet, las recientes manifestaciones masivas en apoyo a los profesores pueden provocar, a medio plazo, un cambio en la percepción social de la pertinencia y utilidad de las huelgas.

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La huelga indefinida de docentes en las islas Baleares y Pitiusas —en protesta por la aplicación súbita del decreto de trilingüismo impuesto por el Gobierno de Bauzá (PP)— ofreció este fin de semana unas imágenes poco acostumbradas, sacando a la calle a decenas de miles de ciudadanos apoyando las reclamaciones de los profesores. El síntoma definitivo de la gravedad de la situación es que la protesta ha sido apoyada incluso por correligionarios de Bauzá y, todavía más importante, ha despertado la simpatía entre sectores sociales que, a priori, estarían muy alejados tanto de la herramienta como de la causa.
El alcance de la onda expansiva de una huelga que ha dinamitado incluso las lealtades partidistas ha sido tal que a pesar de que no ha conseguido de momento derogar el decreto o retrasar su aplicación -sus objetivos explícitos- sí invita a replantearse la utilidad de la huelga como método de presión política.
La huelga, con seguimientos menguantes y de la que muchas veces se ha cuestionado su eficacia hasta el punto de considerarla como una herramienta obsoleta, revive con fuerza, precisamente, en un conflicto sectorial, que no es de raíz laboral —del que, en consecuencia, los huelguistas no esperan obtener beneficios individualizados— y cuya resolución parece apuntar contra los intereses sostenidos por sus promotores.
La pregunta pertinente, pues, ya no debería ser por qué se participa tan poco en las huelgas, sino por qué incluso con estas condiciones todavía hay quien decide tomar parte activa en ellas. Aun habiendo cierta perversión en reducir una movilización colectiva como la huelga a un cálculo coste —beneficio radicalmente individual, sin duda—, es mejor intentar encontrar la racionalidad subyacente a este comportamiento que despacharlo considerándolo irracional y perjudicial para quien lo lleva a cabo.
Las movilizaciones de los docentes, de hecho, niegan de plano la aplicación mecánica de la aproximación racional a la lógica de la acción colectiva, liderada por Mancur Olson, según la cual, si asumimos que el decreto de trilingüismo daña la educación pública en Baleares —un bien público—, deberían aparecer gorrones por doquier, individuos que no asumirían los costes individuales de movilizarse en su contra esperando gozar de los beneficios colectivos potenciales. Pero a la vista de la evolución de los índices de seguimiento, de nuevo, no está siendo este el comportamiento mayoritario. ¿Por qué?
El modelo de Olson, a pesar de su innegable utilidad analítica, fue acusado casi desde su publicación de ser estrictamente reduccionista con las motivaciones individuales para tomar partido en una acción colectiva como una huelga. En palabras de Fernando Aguiar y Andrés de Francisco, «¿qué se ha de entender por costes y beneficios de la acción colectiva para el individuo? ¿Acaso una persona no expresa sus principios y convicciones cuando participa en acciones colectivas? ¿Y no lo hace, a menudo, soportando un elevado coste (…)?»
Participar en una acción colectiva puede reflejar, también, la racionalidad expresiva de los individuos. Esto está en la base misma de lo que el Nobel de economía George Akerlof llamó «Economía de la identidad», que incluye la noción de identidad en el cálculo de utilidad, definiéndola como una red de creencias que el individuo tiene sobre sí mismo y sobre el mundo que quiere proyectar a través de sus acciones.
Akerlof desarrolló la teoría de la costumbre social para intentar ofrecer una explicación plausible de por qué sobreviven determinados comportamientos sociales que, como las huelgas, son claramente onerosos para los individuos que participan en ellos. En síntesis, la costumbre social es aquello que un individuo acepta hacer para seguir formando parte de un grupo. No es, en ningún caso, una imposición: es el mecanismo social complejo que permite que los individuos actúen de manera cooperativa guiados por motivaciones estrictamente egoístas.
Sin duda, a día de hoy, el seguimiento de una huelga parecería estar fuera de cualquier estándar mayoritario, ya que la presión social empujaba justo hacia el extremo contrario. Sin embargo, en Baleares los huelguistas no sólo no están siendo socialmente penalizados sino que parece haberse modificado momentáneamente la costumbre social a su favor.
En las islas se ha conformado una amplísima coalición transversal —quizá sólo coyuntural— que ve en la defensa de los docentes y el sistema de educación pública autóctono la frontera que define un modelo de convivencia determinado y que ahora se percibe en peligro. Una coalición que, sin duda, ha arraigado, entre otros motivos, por la existencia previa de un terreno abonado por la polarización política en las islas desde los noventa —y el aislamiento del Partido Popular—, la recurrente crisis económica y errores, de fondo y forma, del propio Gobierno de Bauzá.
El éxito o no de una huelga ahora es, si es que alguna vez fue otra cosa, una cuestión de percepción, que supera los límites de la relación empleado-empleador e, incluso, el alcance de la acción de los sindicatos mayoritarios al explicitar una correlación de fuerzas en la que cada cual puede alinearse con quien se sienta más identificado.
Desde esta nueva perspectiva sí se puede explicar tanto la caída en la intensidad del uso de las huelgas y su efectividad (con hipótesis que van desde la ruptura de vínculos sociales cooperativos hasta la progresiva desaparición de identidades de clase, sin olvidar avatares históricos concretos) como un previsible repunte futuro, en la dirección del cual apuntarían las movilizaciones en el archipiélago balear.
Una derivada interesante de lo anterior —y la prueba de que este cálculo es conocido y aceptado por las clases dominantes— es la aplicación del modelo también para desactivar las movilizaciones colectivas erosionando su seguimiento, a través de cambios en los términos de la ecuación para encarecer, todavía más, la participación individual.
Más allá de la estrategia obvia de penalizar económicamente la participación (en este caso, los aproximadamente 100 euros al día que le cuesta a cada docente seguir la huelga, compensados en parte con la solidaridad popular en forma de caja de resistencia), Gobierno y empleadores pueden dudar públicamente de la legitimidad de la convocatoria, cuestionar el uso del derecho a la huelga y su extensión o comunicar un porcentaje de seguimiento inferior al real. El elemento común de estas maniobras es que todas ellas persiguen dinamitar la costumbre social sobre la que se apoya la acción colectiva: aislar a los huelguistas, reducir los beneficios en reputación, estigmatizarlos por la vía de ponerlos en contra de una mayoría hasta ahora habitualmente silenciosa.
Tres estrategias que ya han sido explotadas por Bauzá y sus voceros mediáticos (en Baleares y desde Madrid) en apenas tres semanas de conflicto. Sin demasiado éxito, a la vista de los últimos acontecimientos, ya que han contribuido a relanzar la movilización y a hacer partícipe de ella a actores sociales no directamente afectados, más allá de las propias islas. Se diría que la estrategia gubernamental está teniendo justo los efectos contrarios de los deseados.
Y esto —el fracaso de las tácticas de desgaste— es lo realmente novedoso en este caso. Ya que ni su uso ni las movilizaciones que lo motivan tienen nada de nuevo. De hecho, la literatura académica las identifica claramente en un trabajo que ya cumple más de dos décadas.
A estas alturas, el Gobierno de Bauzá puede que esté ante una encrucijada que ofrece sólo dos malas alternativas. O bien retira la iniciativa y, con ello, asume la victoria de los huelguistas, legitimándoles a ellos y a sus herramientas de lucha, o bien mantiene el envite a riesgo de seguir emergiendo una nueva coalición del tejido cívico que lejos de abandonar la movilización por ineficaz, la mantenga y la adopte como patrón social dominante a partir de ahora.
Como decía Manuel de Pedrolo, de quien he tomado prestado el título para este artículo, hay que protestar incluso cuando no sirve de nada. Porque también en estas ocasiones es socialmente beneficioso hacerlo.