lunes, 18 de abril de 2016

Comentario de texto E

Propongo que hagáis este comentario de texto para este viernes 22 de abril y me lo entreguéis, como máximo, ese día. Será el último trabajo que mando para hacer en casa porque luego ya vendrán los exámenes y no quiero interferir en vuestros estudios. Tenéis que hacer las preguntas 1 (a, b, c) y 2 del comentario de texto tal como lo piden en las últimas PAU (y como lo pido yo en mis exámenes). Si alguien no sabe a qué preguntas me refiero (a estas alturas) que me pregunte en el aula.
De este modo, suplo el comentario de texto que mandé para antes de semana santa y que olvidé colgar en el blog.

Un saludo.

TEXTO

Hace unos años, paseando por las inmediaciones de Granada, oí cantar a una mujer del pueblo mientras dormía a su niño. Siempre había notado la aguda tristeza de las canciones de cuna de nuestro país; pero nunca como entonces sentí esta verdad tan concreta. Al acercarme a la cantora para anotar la canción observé que era una andaluza guapa, alegre sin el menor tic de melancolía; pero una tradición viva obraba en ella y ejecutaba el mandato fielmente, como si escuchara las viejas voces imperiosas que patinaban por su sangre. Desde entonces he procurado recoger canciones de cuna de todos los sitios de España; quise saber de qué modo dormían a sus hijos las mujeres de mi país, y al cabo de un tiempo recibí la impresión de que España usa sus melodías para teñir el primer sueño de sus niños. No se trata de un modelo o de una canción aislada de una región, no; todas las regiones acentúan sus caracteres poéticos y su fondo de tristeza en esta clase de cantos, desde Asturias y Galicia hasta Andalucía y Murcia, pasando por el azafrán y el modo yacente de Castilla. Existe una canción de cuna europea, suave y monótona, a la cual puede entregarse el niño con toda fruición, desplegando todas sus aptitudes para el sueño. Francia y Alemania ofrecen característicos ejemplos, y entre nosotros, los vascos dan la nota europea con sus nanas de un lirismo idéntico al de las canciones nórdicas, llenas de ternura y amable simplicidad.

Federico García Lorca Las nanas infantiles. (1928)





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