Era un aire suave...
(1)
Era
un aire suave, de pausados giros;
entre
los sollozos de los violoncelos.
(2)
Sobre
la terraza, junto a los ramajes,
diríase
un trémolo de liras eolias
cuando acariciaban los sedosos trajes
sobre el tallo erguidas, las blanca magnolias.
cuando acariciaban los sedosos trajes
sobre el tallo erguidas, las blanca magnolias.
(3)
La marquesa Eulalia risas y desvíos
daba a un tiempo mismo para dos rivales:
daba a un tiempo mismo para dos rivales:
el
vizconde rubio de los desafíos
y
el abate joven de los madrigales.
(4)
Cerca, coronado con hojas de viña,
reía en su máscara Término2 barbudo,
y, como un efebo que fuese una niña,
mostraba una Diana3 su mármol desnudo.
reía en su máscara Término2 barbudo,
y, como un efebo que fuese una niña,
mostraba una Diana3 su mármol desnudo.
(5)
Y bajo un boscaje del amor palestra,
sobre el rico zócalo al modo de Jonia4,
con un candelabro prendido en la diestra
volaba el Mercurio de Juan de Bolonia5.
sobre el rico zócalo al modo de Jonia4,
con un candelabro prendido en la diestra
volaba el Mercurio de Juan de Bolonia5.
(6)
La orquesta perlaba sus mágicas notas,
un coro de sones alados se oía;
galantes pavanas, fugaces gavotas
cantaban los dulces violines de Hungría.
un coro de sones alados se oía;
galantes pavanas, fugaces gavotas
cantaban los dulces violines de Hungría.
(7)
Al oír las quejas de sus caballeros
ríe, ríe, ríe, la divina Eulalia,
pues son su tesoro las flechas de Eros,
el cinto de Cipria6, la rueca de Onfalia7.
ríe, ríe, ríe, la divina Eulalia,
pues son su tesoro las flechas de Eros,
el cinto de Cipria6, la rueca de Onfalia7.
(8)
¡Ay de quien sus mieles y frases recoja!
¡ay de quien del canto de su amor se fíe!
Con sus ojos lindos y su boca roja,
la divina Eulalia ríe, ríe, ríe.
¡ay de quien del canto de su amor se fíe!
Con sus ojos lindos y su boca roja,
la divina Eulalia ríe, ríe, ríe.
(9)
Tiene azules ojos, es maligna y bella;
cuando mira, vierte viva luz extraña:
se asoma a sus húmedas pupilas de estrella
el alma del rubio cristal de Champaña.
cuando mira, vierte viva luz extraña:
se asoma a sus húmedas pupilas de estrella
el alma del rubio cristal de Champaña.
(10)
Es noche de fiesta, y el baile de trajes
ostenta su gloria de triunfos mundanos.
La divina Eulalia, vestida de encajes,
una flor destroza con sus tersas manos.
ostenta su gloria de triunfos mundanos.
La divina Eulalia, vestida de encajes,
una flor destroza con sus tersas manos.
(11)
El teclado armónico de su risa fina
a la alegre música de un pájaro iguala,
a la alegre música de un pájaro iguala,
(12)
¡Amoroso pájaro que trinos exhala
bajo el ala a veces ocultando el pico;
que desdenes rudos lanza bajo el ala,
bajo el ala aleve del leve abanico!
bajo el ala a veces ocultando el pico;
que desdenes rudos lanza bajo el ala,
bajo el ala aleve del leve abanico!
(13)
Cuando a medianoche sus notas arranque
y en arpegios áureos gima Filomena9,
y el ebúrneo cisne, sobre el quieto estanque
como blanca góndola imprima su estela,
y en arpegios áureos gima Filomena9,
y el ebúrneo cisne, sobre el quieto estanque
como blanca góndola imprima su estela,
(14)
la marquesa alegre llegará al boscaje,
boscaje que cubre la amable glorieta
donde han de estrecharla los brazos de un paje,
que siendo su paje será su poeta.
boscaje que cubre la amable glorieta
donde han de estrecharla los brazos de un paje,
que siendo su paje será su poeta.
(15)
Al compás de un canto de artista de Italia
que en la brisa errante la orquesta deslíe,
junto a los rivales la divina Eulalia,
la divina Eulalia ríe, ríe, ríe.
que en la brisa errante la orquesta deslíe,
junto a los rivales la divina Eulalia,
la divina Eulalia ríe, ríe, ríe.
(16) ¿Fue
acaso en el tiempo del rey Luis de Francia
sol con corte de astros, en campos de azur10?
¿Cuando los alcázares llenó de Francia
la regia y pomposa rosa Pompadour11?
sol con corte de astros, en campos de azur10?
¿Cuando los alcázares llenó de Francia
la regia y pomposa rosa Pompadour11?
(17) ¿Fue
cuando la bella su falda cogía
con dedos de ninfa, bailando el minué,
y de los compases el ritmo seguía
sobre el tacón rojo, lindo y leve el pie?
con dedos de ninfa, bailando el minué,
y de los compases el ritmo seguía
sobre el tacón rojo, lindo y leve el pie?
(18) ¿O
cuando pastoras de floridos valles
ornaban con cintas sus albos corderos,
y oían, divinas Tirsis de Versalles12,
las declaraciones de sus caballeros?
ornaban con cintas sus albos corderos,
y oían, divinas Tirsis de Versalles12,
las declaraciones de sus caballeros?
(19) ¿Fue
en ese buen tiempo de duques pastores,
de amantes princesas y tiernos galanes,
cuando entre sonrisas y perlas y flores
iban las casacas de los chambelanes?
de amantes princesas y tiernos galanes,
cuando entre sonrisas y perlas y flores
iban las casacas de los chambelanes?
(20)
¿Fue acaso en el Norte o en el Mediodía?
Yo
el tiempo y el día y el país ignoro,
pero sé que Eulalia ríe todavía,
¡y es cruel y eterna su risa de oro!
pero sé que Eulalia ríe todavía,
¡y es cruel y eterna su risa de oro!
IX
¡Torres de Dios! ¡Poetas!
¡Pararrayos celestes
que resistís las duras tempestades,
como crestas escuetas,
como picos agrestes,
rompeolas de las eternidades!
La mágica esperanza anuncia un día
en que sobre la roca de armonía
expirará la pérfida sirena.
¡Esperad, esperemos todavía!
Esperad todavía.
El bestial elemento se solaza
en el odio a la sacra poesía
y se arroja baldón de raza a raza.
La insurrección de abajo
tiende a los Excelentes.
El caníbal codicia su tasajo
con roja encía y afilados dientes.
Torres, poned al pabellón sonrisa.
Poned, ante ese mal y ese recelo,
una soberbia insinuación de brisa
y una tranquilidad de mar y cielo...
¡Torres de Dios! ¡Poetas!
¡Pararrayos celestes
que resistís las duras tempestades,
como crestas escuetas,
como picos agrestes,
rompeolas de las eternidades!
La mágica esperanza anuncia un día
en que sobre la roca de armonía
expirará la pérfida sirena.
¡Esperad, esperemos todavía!
Esperad todavía.
El bestial elemento se solaza
en el odio a la sacra poesía
y se arroja baldón de raza a raza.
La insurrección de abajo
tiende a los Excelentes.
El caníbal codicia su tasajo
con roja encía y afilados dientes.
Torres, poned al pabellón sonrisa.
Poned, ante ese mal y ese recelo,
una soberbia insinuación de brisa
y una tranquilidad de mar y cielo...
Lo
fatal
A
René Pérez
DICHOSO
el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser,
y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
¡Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
y el temor de haber sido y un futuro terror...
¡Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo
que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos
y
no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
ni de dónde venimos!...
Melancolía
A Domingo Bolívar
Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía.
Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.
Voy bajo tempestades y tormentas
ciego de ensueño y loco de armonía.
Ese
es mi mal. Soñar. La poesía
es la camisa férrea de mil puntas crüentas
que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas
dejan caer las gotas de mi melancolía.
es la camisa férrea de mil puntas crüentas
que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas
dejan caer las gotas de mi melancolía.
Y
así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;
a veces me parece que el camino es muy largo,
ya veces que es muy corto...
a veces me parece que el camino es muy largo,
ya veces que es muy corto...
Y
en este titubeo de aliento y agonía,
cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?
cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?
Las
ánforas de epicuro
Ama
tu ritmo...
Ama
tu ritmo y ritma tus acciones
bajo su ley, así como tus versos;
eres un universo de universos
y tu alma una fuente de canciones.
bajo su ley, así como tus versos;
eres un universo de universos
y tu alma una fuente de canciones.
La
celeste unidad que presupones
hará brotar en ti mundos diversos,
y al resonar tus números dispersos
pitagoriza en tus constelaciones.
hará brotar en ti mundos diversos,
y al resonar tus números dispersos
pitagoriza en tus constelaciones.
Escucha
la retórica divina
del pájaro del aire y la nocturna
irradiación geométrica adivina;
del pájaro del aire y la nocturna
irradiación geométrica adivina;
mata
la indiferencia taciturna
y engarza perla y perla cristalina
en donde la verdad vuelca su urna.
y engarza perla y perla cristalina
en donde la verdad vuelca su urna.
Azul…
(1888)
Prosas profanas
(1896)
Cantos de vida y
esperanza
(1905)
Rubén Darío
(Nicaragua,
1867-1916)
4
Al
modo de Jonia:
se refiere al arte Jónico, uno de los tres órdenes de columnas en
la antigua Grecia.
5
Mercurio
de Juan de Bolonia:
famosa estatua de bronce del dios Mercurio, obra del escultor
flamenco Juan de Bolonia (1529-1608).
6
Cipria:
uno de los nombres de Venus, que alude a su origen, ya que se cree
que la diosa nació en Chipre.
9
Filomela:
ruiseñor famoso de la literatura medieval que representa a la
Amada; tomado de la mitología griega. Etimológicamente: “amor al
canto”.
11
Pompadour:
Juana Antonieta Poisson, marquesa de Pompadour, favorita de Luis XV
(1721-1764). Ejerció gran influencia política y se interesó por
los escritores y artistas de su tiempo.
12
Tirsis
de Versalles:
nombre de origen griego que se atribuían las "falsa pastoras"
de Versalles en sus fiestas galantes.
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