Este es el texto que tenéis que analizar y entregar el 25 de enero:
Espera, que sigo yo, que lo recuerdo
perfectamente: aquella genialidad que soltaste en una comida de
amigos, lo del quijotismo, ¿recuerdas? Hablábamos de estilos de
crianza, y te sumaste a quienes hacían chistes sobre crianza
natural: lo que me pasaba, a mí y a todas las madres locas como yo,
era lo mismo que a don Quijote, dijiste. Espera, tengo que imitarte,
aquella voz declamatoria que pusiste al interpretar tu parodia del
famoso fragmento cervantino: ¡del poco dormir y del mucho leer, a
las madres se les secó el cerebro, de manera que vinieron a perder
el juicio, y vinieron a dar en el más extraño pensamiento que jamás
dio loco en el mundo, y fue que les pareció convenible y necesario
hacerse madres naturales! A partir de ahí estiraste la broma
comparando los libros de caballería con los de crianza, y hasta
reelaboraste burlón el famoso discurso de don Quijote sobre la edad
de oro: ¡dichosa edad y siglos dichosos aquellos!, exclamaste,
payaso, y evocaste un pasado mítico de cazadores y recolectores
donde las madres llevaban todo el día a sus hijos colgando del pecho
y dormía la familia en un mismo jergón y los bebés comían cuando
tenían hambre, dormían cuando tenían sueño, contenían los
esfínteres cuando les parecía adecuado, y lloraban si su madre
desaparecía de su vista para así asegurarse que no morirían de
frío o de hambre ni serían devorados por las fieras. Lo raro es que
no escribieses un gracioso artículo de polémica fácil para ser el
más leído del día; o un libro, otro jodido hueco editorial, un
nicho de mercado, miles de maridos corriendo a comprarlo, yo hice la
EGB, mi mujer se volvió una loca de la crianza natural.
Isaac Rosa, Feliz
final (Seix Barral, 2018) pp. 226-227
Un artículo que explica un poco qué es eso de "yo hice la EGB". De todas formas, podéis buscar más información en la web sobre el libro que da título a dicho fenómeno.